jueves, 2 de septiembre de 2010

3 de Septiembre de 1939, la masacre de Bromberg


Bromberg es una ciudad ubicada a 230 Km. de Varsovia al norte, en 1939 tendría 140.000 habitantes la mayoría de origen alemán (un 80 %), que por esas cosas de Versalles quedó en territorio polaco. La misma esta a orillas del Brahe, siendo surcada por canales en un paisaje de graneros y molinos.
Dos días antes, el 1 de Septiembre, habían penetrado en Polonia las tropas alemanas. Con la noticia del avance creció de repente el odio, atizado durante años y tolerado por la Polonia oficial. Los vecinos polacos de Bromberg sabían hacía donde debían orientar su odio ancestral: hacía la población alemana. Contra ellos se desató aquel día una implacable batida. Muerte a los alemanes era la consigna. La ciudad se convirtió en tribunal y cualquiera se atribuyó jurisdicción para actuar de acusador, juez y verdugo.
El 4 de Septiembre entraron en Bromberg unidades de la división 50 de infantería y de la brigada Netze, se ofreció a los soldados que apenas habían visto muertos en los primeros días de la campaña, una imagen terrible. El teniente Hans Fahrenbach, de 28 años, que mandaba una unidad de la división 50, relataría en un protocolo como descubrió 18 cadáveres de hombres en un terraplén de Jágerhof, no lejos de la casa parroquial. Las víctimas con las manos atadas a la espalda, habían sido fusiladas y luego sus cadáveres recibieron varios ultrajes de sus verdugos.

Entre los muertos del terraplén fueron identificados el párroco, su padre y el resto de los hombres que se refugiaron en la casa del primero, Richard Kutzer. También murió con ellos Herbert Schollenberg, de 14 años, que recibió dos tiros.

El doctor Panning, jefe del departamento de medicina legal de la Academia de médicos militares, encuadrado en el Alto Mando de la Wehrmacht, concluía, al presentar su informe sobre la autopsia de las víctimas, que el párroco Kutzer había muerto por disparo en la espalda con ruptura de arterias. Previamente se le había destrozado la mandíbula inferior.

Respecto a Herbert Schollenberg, se comprobó que había fallecido por desgarro de aorta. La herida era “mortal de necesidad”. Al Teniente Fahrenbach le toco con su división buscar y enterrar a los parientes de los alemanes de Bromberg, junto a la brigada Netze.

Ambos grupos encontrarían muchos muertos en los días sucesivos: 63 en el suburbio de Jagerhof, 18 a orillas del Bromberger kanal, 10 en la Thorner Strasse, 39 en la ribera del lago de los jesuitas, Encontraron incluso niños, como Egon Berger de 4 meses de edad, muerto por una granada de mano, y Kurt Schmolke, de 15 meses asesinado de un disparo. También hallaron los cuerpos de la señora Sonnenberg, que estaba embarazada y había sido fusilada, y del anciano Gustav Behnke de 82 años muerto por apaleamiento.

A medida que se encontraban muertos era alineados en el edificio del gobierno de Bromberg. Pocos días después se traslado un grupo de juristas de las tres ramas de la Wehrmacht, abogados, jueces militares del Ejercito, Aviación y Marina. Con Frialdad profesional, los magistrados iniciaron el interrogatorio de los testigos.

Recién empezada la guerra, el sistema judicial funcionaba, hubo tres primeras condenas, los acusados eran Teofil Pruss, Adalbert Zielenkiewicz y Leo Papirski, que fueron ejecutados, siendo responsables de 8 crímenes. Con el correr de la guerra se dejarían de lado las cuestiones judiciales, y se procedería de facto.

Mientras tanto el teniente Fahrenbach seguía encontrando víctimas y enterrándolas en el cementerio evangélico, su pensamiento era estar mil veces en el frente y no soportar lo visto, cadáveres mutilados, destrozados, con una saña pocas veces vista.

Fahrenbach sabía que Bromberg era un desafío, pero también sabía que los polacos tendrían que soportar muchas penalidades por lo sucedido. Los muertos de Bromberg sumarían 5.500 pero según fuentes alemanas teniendo en cuenta otros poblados, llegarían a 58.000, muriendo muchos antes de la invasión del 1 de Septiembre.

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